Me llamo Ana Figueroa, tengo 43 años, estoy casada y tengo una niña que acaba de cumplir 7 años.
Mi embarazo fue perfecto y mi parto, aun fueron 9 horas de «pujos «en cada contracción, y entre la penúltima y la última pasaron 20 minutos con la mitad de la cabeza de mi hija ya fuera. Después del parto me felicitaron por mi trabajo y por haber evitado una episiotomía.
Progresivamente empezaron a aparecer síntomas de dolor que aumentaban paulatinamente:
- Dolor al estar sentada o al pasar rato de pie. Ese dolor era peor que el del parto, que el de un cólico nefrítico que tuve o el dolor de las muelas de juicio. No controlaba el límite del dolor, siempre surgía un pico más doloroso que los conocidos.
- Sensación de picaduras de pájaro rápidas y secas, quemazón, ardor, insensibilidad en el clítoris, vagina y recto. Incluso incapacidad para distinguir una ventosidad de una deposición.
- Dolor en las relaciones sexuales.
- Me fallaba y aún me falla la rodilla derecha y cojera.
- Incapacidad para controlar la micción en determinados momentos.
Incapacidad en la vida diaria:
Sin darme cuenta me vi que mi vida había dado un giro que me costaba asimilar: yo tenía mi propia empresa de Restauración de Obras de Arte y no podía coger ni un pincel. Como amante de mi marido….y como madre que no cumplía ni con sus necesidades básicas y el vinculo madre-hija estuvo durante mucho tiempo en alerta roja.
A parte del dolor insoportable había que añadir los efectos secundarios de los medicamentos, los cuales hacen perder mi psicomotricidad fina, fuerza, el temple y la precisión que tenían antes mis manos. Otro efecto secundario que causan los medicamentos es la falta total de concentración.
Búsqueda de una solución
Pasé mucho tiempo de médico en médico, buscando una solución para el dolor. Como mi primer síntoma era quemazón y problemas para hacer pis, estuve muchos meses diagnosticada como infección de orina aun cuando los cultivos me daban negativos. Aunque después de muchas preguntas mías sin contestación me cambiaron el diagnostico a depresión postparto.
Me trato con fisioterapeutas, osteópatas, acupuntura con chinchetas, psicólogos, etc…
Cuando mis visitas a urgencias empezaron a ser asiduas me derivan directamente a la Unidad de Dolor de Puerta de Hierro, con el Dr. Abejón y empiezan los bloqueos con corticoides sin saber mi diagnostico.
Ante esta sinrazón, investigo lo que puedo y concierto una cita, en la consulta de Itza de Madrid, con el Dr. Bautrant. (ya habían pasado casi dos años del nacimiento de mi hija). De esa consulta salgo con un electromiograma del Dr. Zarza, donde queda reflejado un atrapamiento severo bilateral con síndrome miofascial. En esa consulta está Itza, Usandizaga, Bautrant y Zarza. Salgo feliz porque por fin sabía lo que me pasaba y no estaba loca.
Inmediatamente hago un traslado a La Paz para que me siga el Dr. Usandizaga.
Dos años de bloqueos, botox, fisios, psiquiatría, con muchos ingresos por crisis de dolor. Implantación de un neurestimulador sacro….Hasta que en agosto del 2013 una crisis me da un susto muy grande y Usandizaga toma la decisión que hay que operar inmediatamente y vendría el Dr. Bautrant a la Paz para abordar juntos la operación.
Tal era mi estado que Eric Bautrant no fue capaz de abarcar la operación bilateral en una sesión.
Primero fue la descompresión del lado derecho y al año siguiente el lado izquierdo.
El postoperatorio esta siendo largo , duro. Mucha fisio muy agresiva y dolorosa, mucha concentración mental, y una dosis enorme diaria de paciencia.
Ahora mismo estoy en tratamiento de osteopatía con José Enrique Garcia intentando no tener que bloquearme cada tres meses para poder vivir dignamente. Me encuentro en una lucha mental entre ir a lo fácil y bloquearme sabiendo que toda infiltración me provoca fibrosis porque es imposible que el cuerpo humano reabsorba todo lo que me infiltran. Sigo con falta de sensiblidad en el nervio pudendo, síndrome miofascial, dolores de puntos gatillos latentes, fibrosis, complicaciones tb con la tos, estornudos, la pierna derecha sigue fallando y de momento nadie, nadie me garantiza una mejoría de mi cronicidad.
Decir que gracias al mindfullnes desde que mi hija tiene 4 años, trabajo diariamente el vinculo maternal, que creo que me he pasado porque ahora no se quiere despegar de mi….
Esto es una carrera de fondo, larga, dolorosa y muy costosa.
He aprendido a no quejarme, y pasar al suspiro.
Esta enfermedad, o lesión, tiene que estar acompañada de una compresión total familiar, de una eliminación de stress de tu vida, de un equipo bueno técnico que te respalde, porque sino por muy fuerte que seas la mente es incapaz de vivir con dolor neuropático permanente.
He sintetizado mucho estos siete años, pero he procurado que la gente que me lea, comprenda que esto es largo, muy largo. Quizá por eso, ahora esté intentando que nadie tarde dos años en tener un diagnostico, Porque estoy convencida que si me hubieran cogido a tiempo ahora yo no estaría así.
TESTIMONIO ACTUALIZADO EN MARZO 2017