Dolor Pélvico Crónico y Alimentación
Como en cualquier patología, la alimentación tiene un papel muy importante y debemos comer saludable, adaptando los menús a la persona, a su vida diaria y a su tipo de enfermedad.
En este artículo vamos hablar de:
Dolor pélvico crónico y alimentación
“Debemos destacar la importancia de tener un peso saludable, ya que esto va a influir directamente en el dolor”.
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Aspectos beneficiosos o perjudiciales que pueden incidir en esta enfermedad:
Una persona con sobrepeso, puede desarrollar diferentes tipos de dolor en el cuerpo, a largo plazo. El exceso de tejido adiposo, interfiere directamente en los ligamentos, musculatura, nervios, huesos, etc. Tampoco, debemos contemplar que la persona esté en bajo peso o desnutrida, ya que, en este caso, puede haber carencias, se puede sentir más débil, con menos fuerzas de afrontar el dolor crónico y la vida en general.
Por lo tanto, lo ideal es tener un peso saludable y normalizado, para tener el máximo estado de salud nutricional, tener fuerzas físicas y mentales, y poder practicar un poco de deporte, o simplemente andar una hora al día.
El dolor pélvico crónico es un tipo de patología que necesita una nutrición muy específica y debe realizar una dieta que sea:
- Antiinflamatoria
- Basificante o alcalina
- Rica en antioxidantes
Debemos tener en cuenta, que cada persona es diferente, y por lo tanto lo esencial es hacer una valoración clínica, valorar su estado nutricional, sus análisis de sangre y adaptar la dieta a sus necesidades y estilo de vida. Debemos valorar la movilidad que tenga cada persona; no es lo mismo una persona que hace un poco de deporte o sale a andar cada día, que otra persona con un dolor más intenso, que le afecta más a su vida diaria y tiene que estar encamada, o sin poder moverse mucho. Una persona con movilidad reducida, quema muchas menos calorías y su musculatura se va atrofiando más rápidamente, por ello debemos darle muchos nutrientes esenciales para regenerar la musculatura, ya que se produce una pérdida de masa muscular.
Hablando de alimentación, uno de los aspectos más importantes es el “gluten”, donde se aconseja no tomarlo, ya que tiene un efecto inflamatorio en nuestro organismo. Igualmente, esto lo tiene que valorar el dietista-nutricionista haciendo un examen de la persona y contemplando toda su historia clínica.
Como hemos comentado anteriormente, debemos potenciar los alimentos antiinflamatorios, como los Omega 3 y los alimentos que contengan grasas saludables (aceite de oliva virgen extra, pescado azul, aguacate, frutos secos y semillas, etc.) y deberemos reducir los alimentos inflamatorios como (carnes grasas, embutidos, lácteos grasos, pastelería y bollería, mantequilla y grasas hidrogenadas, productos procesados y con muchos aditivos, etc.)
También es muy importante la fibra diaria y la hidratación, ya que es muy frecuente desarrollar estreñimiento. Por lo tanto, tenemos que regular el tránsito intestinal, para hacer que las heces sean más blandas; ya que es aconsejable no hacer fuerza a la hora de ir al baño.
En este sentido, debemos organizar un plan personalizado, adaptado a la persona, a su estilo de vida, a su tipo de dolor, y a sus gustos alimentarios, teniendo en cuenta que hay alimentos que debemos potenciar y otros que debemos dejar como ocasionales.
Realizando una buena dieta, no solo mejoraremos el dolor pélvico crónico, sino que nuestra piel, uñas, pelo, vista, órganos vitales, defensas y otros parámetros mejorarán.
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A nivel nutricional, destacamos para el paciente con dolor pélvico crónico:
- Valoración por un dietista-nutricionista
- Adaptar su dieta para que mejore su calidad de vida.
Por último, no debemos olvidar, que esta enfermedad necesita un equipo multidisciplinar, y por tanto no es menos importante la nutrición, que la psicoterapia, la fisioterapia, osteopatía, médicos varios (urólogo, ginecólogo, unidad del dolor, etc.), entre otras terapias y medicinas.
“Todos somos uno”
Nara Domingo Casany
Diplomada en Nutrición Humana y Dietética
Colegiada CODINUCAT núm. CAT000030